Empecé a ir en moto a los 18 años, hace solo seis años. Antes de eso, competía en casi todos los deportes: escalada, bicicletas, tenis, baloncesto y fútbol. Jugué al fútbol con la primera selección femenina de Andorra durante un tiempo. Para mí, siempre se ha tratado de competir. Pero cuando descubrí las motos, fue como "Dios mío, eso me da algo que ningún otro deporte me da", y al tener tantas emociones y sentimientos al practicar este deporte, decidí mudarme a Barcelona, a pesar de que no estaba acostumbrada a estar en una gran ciudad como es Barcelona, ya que estaba habituada a la montaña de Andorra. Es por eso que mi madre contrató a un entrenador personal y él me motivó a concentrarme en un solo deporte, el de las motos. Fue en ese momento, que se me ocurrió que quería competir en el Rally Dakar. Nunca había pensado en eso antes, de hecho, pensaba que sería imposible. Pero mi entrenador personal dijo que deberíamos fijarnos una meta para hacerlo en cuatro o cinco años. En ese entonces, no sabía la diferencia entre enduro o motocross, ni siquiera cómo cambiar de marcha. No sabía nada. Pero este gol fue lo único que me motivó a ir al gimnasio. Mi familia poco a poco empezó a creer en el proyecto y he ido creciendo con ese objetivo en la cabeza.
